Gigio tenía un rasgo diferencial entre los otros chicos que querían seguir la carrera de arquitectura, la cual él también había decidido. Desde muy temprana edad sintió gran pasión por la escritura, lo cual lo convirtió en el autor de una serie de cuentos y le permitió plasmar realidades, a través de divertidos personajes y situaciones como las que crea para la exitosa serie de televisión Al fondo hay sitio. Su madre, noto una curiosa personalidad inclinada a la creatividad, de modo que lo alentó para que siguiera la carrera de Comunicación, sugerencia que fue aceptada casi de inmediato. Así que gracias a su tío que le trajo algunos materiales de su viaje a Venezuela, consiguió doce fascículos de cómo hacer cine casero, de las cuales conservo el que explicaba cómo hacer un guión. Todo lo demás consistía en esfuerzo y actitud, empezar a escribir guiones con un estilo propio, y hacer historias sobre comedias. Ya iniciada su vida universitaria, fue recomendado por un profesor, César Zamalloa, para trabajar en Panamericana Televisión, de manera que asumiera sus primeros trabajos remunerados de guión y creación. A pesar de que la tarea lo absorbía tanto que nunca tuvo el tiempo necesario para llevar aquel curso que hasta entonces le falta aprobar para culminar la carrera, el era muy feliz, además de ser remunerado realizaba la actividad que es de su mayor agrado, escribir. Así es la vida, también es producto de su ingenio y talento.
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