jueves, 10 de junio de 2010

Parábola Mexicana


Una noche, ya muy tarde, llegué a un pueblito perdido y, para mi sorpresa,los pobladores me estaban aguardando. Sin decir una palabra, me rodearon y me llevaron al centro de la plaza. Me ataron al tronco de un árbol, en silencio, desaparecieron.

De mañana,temprano,regresaron. Y me dijo uno de ellos: "De lejos te vimos llegar,pero nos dimos cuenta que venías sin tu alma. Tu alma te andaba buscando y por eso te amarramos,para que te encuentre. Ahora podemos soltarte".

Finalmente, como un rayo de luz descendía desde su cabeza hasta sus pies. Y en ese entonces,los del pueblito le decían,ya se habían encontrado su alma con el propio cuerpo.

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